miércoles, 9 de julio de 2008

Relación entre el etnógrafo y el periodista...

Según lo define la Real Academia Española, la Etnografía es el “estudio descriptivo de las costumbres y tradiciones de los pueblos” Entonces ¿no son acaso esta disciplina y el periodismo como dos primos hermanos que aún no se han reconocido?
Geertz, en su libro “El antropólogo como autor”, plantea que a la disciplina antropológica muchas veces se le pide que en sus textos se le preste atención a temas como las metáforas, la fraseología y demás juegos de palabras que hacen al profesional dejar de atender a las cuestiones relevantes: la información
Cierto es que resulta tedioso leer un artículo sobre un tema y que su narración sea totalmente “chata”, que al autor no se le “caiga en el papel” una sola idea como para hacer aquel informe más dinámico. Pero tampoco es demasiado convincente que en un documento de tipo etnográfico abunden en demasía los juegos de palabras y el estilo poético. Puede ser que con esa técnica se trate de tapar la deficiencia de información.
Y otra vez aparece casi sin querer, pero queriendo esta palabra: información. Son estas once letras las que unen irremediablemente a los etnógrafos con los periodistas. Aquella es su arma fundamental y a ella se le suma el “otro”, aquel a quien debe construir, cada profesional en su materia. La sociedad es el manantial del que brotan las gotas de agua que sacian la sed del etnógrafo y calman el hambre del periodista. De esta sociedad va a surgir la materia prima que necesitan ambos para hacer su trabajo. Cada cual apuntará a un objetivo distinto pero no por eso menos valorable. Geertz apunta en el mismo apartado de su libro, que la habilidad de los etnógrafos no tiene que ver con la elegancia conceptual que usen en sus escritos, sino que se relaciona con el hecho de haber podido “penetrar (o si se prefiere, haber sido penetrado por) otra forma de vida, de haber, de uno u otro modo, realmente estado allí”. Y la escritura es en este rol en donde cumple un papel decisivo.
Etnógrafo y periodista deben hacer honor a esta frase. Aunque el primero viaje al rincón más recóndito del continente africano y saque datos increíbles de su población, sus costumbres, tradiciones, ritos y creencias, debe poder transmitirlo.
Ambos profesionales escriben para alguien, y ese “alguien”, el público debe saber que quien escribe ha estado realmente en ese lugar. Los etnógrafos, en la escritura deben situar al lector en tiempo y en espacio. Su figura no debe desaparecer del texto. Deben lograr que el lector crea que realmente se han internado en esa cultura e interactuado con ella. El periodista, debe mantener el carácter “objetivo” de la noticia, por lo que no puede dar a cada renglón las apreciaciones personales respecto de un tema; pero sí, puede hacerse presente como investigador a través del ofrecimiento de datos verosímiles.
Tanto el periodista como el etnógrafo tienen un arduo trabajo cuando vuelven de sus investigaciones. Deben sentarse frente a una hoja de papel y desplegar allí lo vivido, lo que ahora saben y les es novedoso. Pero deben lograr transmitir eso a su público. No basta con que ellos se contenten con haber conocido a una nueva cultura o hayan participado activamente en una investigación sobre un caso de corrupción política; ahora el trabajo es más difícil: convencer a cientos de personas de que él realmente ha estado allí.

1 comentario:

Alfredo Diaz dijo...

Interesante relacion entre etnografia y periodismo